Nuestra aventura continua esta vez
en Noruega. El país escandinavo es un país al que recomiendo visitar. De gran
belleza, tanto sus ciudades, como los grandes fiordos que conforman el país. Eso sí, es un país bastante caro si lo
comparamos con España. Por lo menos gracias a mi hermana que es una resabida de todos los trucos habidos y por haber, nos ahorramos parte de los billetes de avión con los puntos que tenía acumulados en su Tarjeta BP de puntos. Ahora me toca a mi devolvérselos
para que ella también pueda disfrutar de su escapadita a Berlín. Bueno, os cuento ya cómo fue el viaje.
Llegamos a Oslo y nos alojamos en el
hotel Comfort Hotel Xpress. Hotel bastante céntrico y recomendable para pasar una o dos noches.
Empezamos el día y nos
dirigimos a recorrer la ciudad. Nuestro primer destino es hacia un pequeño
puerto que hay enfrente del Ayuntamiento donde cogemos pequeño barco para
dirigirnos a la península de
Bygdøy, más conocida como la isla de los museos.
Allí visitamos
el Museo de los Barcos Vikingos, donde se
encuentran los dos barcos vikingos más grandes que se conservan mejor en el
mundo, junto con utensilios y tallas de madera de los vikingos entre otras
cosas.
Después de la visita, volvemos a coger el barquito y volvemos
a Oslo. Una vez allí, nos dirigimos hacia el Fortaleza de Akershus, un complejo militar que es uno de los símbolos de la ciudad.
A pocos metros se encuentra el ayuntamiento de la ciudad, destaca por ser un edificio de ladrillo rojo. Existen visitas guiadas para poder acceder al ayuntamiento, pero nosotros no entramos.
Nos dirigimos hacia el Palacio Real, lugar donde residen los reyes
de Noruega en Oslo. Allí veremos el cambio de la guardia. El cambio de la
guardia es un acontecimiento único en la ciudad. Se produce todos los días del
año a las 13:30 horas y tiene una duración aproximada de 40 minutos. Recomiendo
no perdérselo, y aconsejo llegar con antelación ya que siempre esta lleno de gente.
Una vez finalizado nos dirigimos a comer. Después nos fuimos al
parque Vigeland. El parque más famoso de Noruega, donde se encuentran
muchísimas estatuas que le dan un colorido especial y que se hace muy divertido
para los visitantes. La estatua más fotografiada es sin duda la Sinnataggen, el niño enrabietado.
La atracción más importante del parque es Monolitten de 17 metros de altura.
Después nos dirigimos hacia el centro, hacia la calle Karl Johans Gate, la calle peatonal más importante de Oslo.
Se pueden encontrar muchas tiendas, en ésta y en las calles de los alrededores
para ir de compras, aunque yo soy más de comprar online. Por eso, cuando llegué
a casa lo primero que hice fue meterme en Google y
buscar el jersey de punto noruego que me encantó,
pero me asustó su precio. Y no solo lo encontré casi un 20% más barato, sino
que como todavía tenía la tarjeta BP de mi hermana, me lo llevé más barato aún,
gracias a la oferta Amazon que tienen.
Pero bueno no
todo van a ser compras, en esta importante calle podemos encontrar
multitud de edificios destacables: la Catedral, el Teatro Nacional, el
Parlamento, la Universidad, etc.
Nos dirigimos a cenar y descansar
después de este largo día recorriendo la ciudad.
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