En Colmar entre muchas cosas hay que destacar la pequeña Venecia donde encontramos bellos edificios decorados con coloridas flores que junto los canales convierten este barrio de la ciudad en un lugar muy atractivo que no vale la pena perderse.
Por la tarde volvimos a Estrasburgo para dirigirnos a la parte de la ciudad moderna destacando el Palacio del Rin, la Biblioteca Nacional Universitaria y el Teatro Nacional de Estrasburgo.
Cerca de allí está el Parque de l'Orangerie. Nosotros no lo pudimos disfrutar pero dicen que es una de las maravillas de Estrasburgo que no hay que perderse.
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